Relicario de San Frontonio
El P. Roque Faci, comenta que Daciano (gobernador romano), mandó degollar a dieciocho compañeros de Santa Engracia. Sus cuerpos serían finalmente enterrados todos juntos en una fosa común que no fue descubierta hasta 1389.
Fueron decapitados, y sus cabezas arrojadas al río Ebro. Entre ellas, la tradición cuenta que la de San Frontonio fue contracorriente hasta entrar en la desembocadura del río Jalón, subiendo contra la fuerza de las aguas para pararse en el puente romano de la Villa de Épila. El milagro fue tomado como una señal divina que fue recibido con el consiguiente fervor devocional por la población.
Se labró un relicario en plata, ricamente decorado, para contener la cabeza además de construirse un Retablo con la representación del santo, y una Cofradía con su patrocinio. Pronto se hicieron rogativas para solventar las sequías, Donde se convocaba a San Frontonio, para que se dieran las tan necesarias precipitaciones. Esta obra aparece firmada por Juan Andrés Merclein, suegro de Francisco Bayeu, que fue posteriormente pintor supernumerario de la Real Casa en 1712. Catalogado el segundo tercio del siglo XVIII y principios del XIX.